Entradas

Mostrando entradas de 2017

En plena tormenta

Imagen
No quiero escribir sobre un sentimiento, pero hoy hay tormenta, y eso me aterra. Suele ser una experiencia dolorosa, tratar de plasmar vivencias del alma, propias o ajenas, para que tú las entiendas. Se trata no solo de describirlas, sino de revivirlas con toda su intensidad para no perder ningún detalle. En cambio, hoy te escribiré sobre una sensación, es algo que percibes por los sentidos. Algo más superficial que no llega a acariciar tu alma. Es la sensación de estar protegido, a salvo. Empieza cuando oyes las gotas de lluvia incesantes martillear contra el tejado. Frías e impasibles, sin piedad. Una hora tras otra, de madrugada. Y bajo esa buhardilla estás dentro de una cama, cubierto por un plumas de 1.35 y una almohada blandita entre tus piernas y bajo tu cabeza. La nariz está templada, los pies ardiendo y tu respiración pausada. A los pies de tu cama, siempre en contacto con tu cuerpo, una bola de calor respira pacíficamente. Tu pequeño perro descansa tranquilo,

Autorretrato

Imagen
Lanzo un órdago a mis emociones. Porque yo soy más fuerte que ellas, no me dominan. Segura de mí misma en lo importante, soy peleona y cabezota, muchas veces solo por el afán de llevar la contraria. Soy una romántica empedernida lo reconozco, ahí me ganan ellas, pero porque les dejo. También soy caótica, despistada y abstraida. Me dejo invadir por lo que me rodea, por lo que me hace sentir. Algunos dicen que soy emocionalmente inestable, pero no, yo les cedo a mis emociones algo de protagonismo, faltaría más. Dirán que como todas las mujeres, pero no, yo más. Pero sé vivir con ello. Vivo con pasión todo lo que me rodea, y siento, todo lo que puedo y más. Sufro más que la mayoría pero también disfruto como una niña cada pequeño detalle. Y lo hago porque quiero. Podría, como todo el mundo, aprender a implicarme menos. Pero lo siento, eso no va conmigo. Suelo ser amable en el trato y correcta, me gusta escuchar todo lo que tienen para decirme, salvo las faltas evidentes de sent
Cuando ya no estemos para defender nuestros actos, lo único que hablará por nosotros serán las intenciones que tuvimos.

Entre los dos

Imagen
Reapareciste años más tarde —según dijiste— para comprobar si era feliz. Tus intenciones parecían buenas, y lo eran. Con el tiempo tus ojos me decían más cosas. Me hablaban de recuerdos, besos sedientos, piernas que tiemblan. ¿Eran solo recuerdos? Después de tantos años de repente me sentía sola, en realidad, lo estaba. Pero también me vi entera, satisfecha, serena. Me di cuenta de que habíamos vivido, por separado, historias incompletas. Fracasos en serie, esperanzas frustradas en amores insanos, caducos. Tú disfrutabas de tu predicción, sabiéndote ganador, supongo. Como un simple espectador, no uno cualquiera, el que contempla su obra: tan alejada de tu recuerdo como tan viva seguía su huella. Algo desconocido para mí te había hecho volver, nunca sabré qué fue. Quizás ese cosquilleo, esa inevitable curiosidad de saber cómo les va a las personas que significaron algo importante. Como si tuvieras derecho a mirar, sin riesgo, por esa ventana indiscreta abierta al pasado.

Dentro de mí

Imagen
Algo me inquieta. Dentro de mí, siento impotencia. Como si alguna criatura habitara en mi interior, y yo desconociera su naturaleza y su propósito. No es molesta, no se mueve ni es dolorosa. Simplemente permanece a la espera, paciente. No se exterioriza, pero yo la siento permanentemente, aunque soy incapaz de moverme. Y me impaciento.  Crecen dentro de mí pensamientos malignos, las ganas de explotar, de romper todo lo que me rodea, de hacer daño. Por dentro noto un arrebato, una necesidad de llevar a cabo mis oscuros planes. Y veo mi mano cogiendo ese cuchillo, aferrándose a él, como si fuera lo único que le ata a la vida. Intento frenarlo, rebobinar, deshacerlo. Pero mi cuerpo no me responde. Ya no responde.

Todavía

Imagen
- Lamento que te fueras tan temprano. Es posible que tu recuerdo de aquella noche hubiera cambiado. - ¿Tú crees? Como mucho podría haber empeorado, cariño. - ¿Ese es el concepto que tienes de mí? La pregunta se quedó suspendida en el aire. Ella tenía tan pocas ganas de rebatirla como él de escuchar una vez más los reproches. Lo cierto era que hacía tiempo que ella había perdido la esperanza. Él no iba a cambiar, ni ella pretendía obligarle. Solo quería conservar un buen recuerdo de él. No intentaba recuperarle. No intentaba recuperarle. Porque superar una pérdida no consiste en olvidar algo, sino en recordarlo sin dolor. Pero el dolor no es algo que podamos controlar. Y todavía dolía.

Es posible

Imagen
Sé que a primera vista puedo parecer una mujer interesante. Puede que sea mi natural delgadez, mi figura esbelta, mi paso grácil y desgarbado, casi infantil y aparentemente despreocupado, combinado con mi semblante serio y observador, un humor mordaz y una mirada rápida e inteligente. Puede que toda un aura me envuelva, prometiendo al que me observa buenas dosis de misterio y romanticismo, a partes iguales. Es posible también que mi falta de interés por las tecnologías pueda resultar chocante en una joven, pero me dota de una cualidad envidiable: la atemporalidad. Jóvenes y no tan jóvenes se ven irremediablemente atraídos por mi encanto porque a unos les despierto el interés por lo desconocido y a otros la nostalgia de sus recuerdos. En ambos casos, saben que mi tiempo es preciado y precioso porque no me importa su transcurso, y así crece la calidad de mi compañía, por supuesto. Algunos dicen que mi voz es enigmática y otros que despierto un instinto protector en ellos, a

Mi momento

Imagen
A propósito de una pregunta inocente, lanzada al aire por azar como quien responde a un cuestionario anónimo de esos que te predicen tu futuro, o si le apuras tu profesión, evoqué recuerdos confusos. ¿El momento más feliz de mi vida? Es una pregunta difícil, porque cuesta graduar la felicidad cuando cada momento ha tenido su magia. Recordé momentos puntuales de mi vida, juegos infantiles, locuras de adolescente, y grandes desafíos cumplidos. Sí, lo confieso, pensé en el primer amor, el primer trabajo, el primer objetivo profesional alcanzado. Sentí abrazos, lágrimas dulces y tiernas despedidas acompañadas de promesas de reencuentro. Por supuesto pensé en mi familia, siempre conmigo, en la distancia, y recordé antiguos amigos, los que perdí y los pocos que conservo. Pero muy lejos de todo eso, te vi a ti. Sentí la calidez de tu abrazo como ningún otro, el alivio que me invade cuando juntos, con nuestra lógica y pasión tirándose de los pelos, resolvemos nuestras disputas. Evoq

Realidad

Imagen
Lo veo sentado delante de mí en el autobús, de espaldas, pegado al móvil. Me duele ver cómo está inmerso en una pantalla minúscula cuando a nuestro alrededor están pasando cosas emocionantes, o al menos, entretenidas. Un niño le tira del pelo a su hermana y se monta una gresca, una adolescente está contando sus desgracias a su nueva mejor amiga, un abuelo se ha quedado dormido con “La razón” entre sus desgastadas manos, y también hay un grupo de guiris con el pelo platino y la piel quemada por el sol que intentan sin éxito decir palabras en castellano. Pero él no lo ve. No quiero ser cotilla, pero me invade una curiosidad insaciable de saber qué es lo que puede abstraer a un hombre de mediana edad, probablemente con hijos y esposa esperándole en su casa, con ropa limpia y adecuada, el cuello ligeramente enrojecido y manos trabajadoras. Me recuerda a mi padre, y no puedo evitar sentir nostalgia y cierto cariño hacia este desconocido. Está sentado en el autobús, justo delante

Buscándote

Imagen
Es desesperante. He llegado a la conclusión de que no hay palabras que puedan expresar lo que siento. Lo siento tanto, que a veces lloro al pensar lo intenso que es y lo frustrante que es intentar describir sentimientos tan grandes con solo palabras. Hasta el superlativo se me queda corto. Y tú te ríes. Siempre te ríes cuando te lloro, porque se ha convertido en una constante y te lo digo: nunca antes había llorado tanto. De felicidad, por sentirme tan afortunada al tenerte a mi lado, de satisfacción al saber que una persona tan guay como tú, me quiere a mí, me corresponde. Lloro de belleza, por lo bonito que es lo que tenemos. A veces lloro de tristeza, por no haberte encontrado antes, y de melancolía, por los años en que no te conocía y me sentía sola, buscando a alguien como tú. También lloro de rabia, por lo molesto que es ver  que alguien no te trata como te mereces; y de orgullo, cuando se reconocen tus méritos, y la vida te sonríe. Por eso lloro tanto, mientras tú te rí

Carta a un viejo amigo

Imagen
Hola amigo, Perdona que no te haya escrito antes. Últimamente, paso de todo, y encima me quejo de sentirme sola. Supongo que sí, como me sugieres, es una crisis. No una crisis literaria, como te dije. En realidad solo pretendía relativizar mi problema. Dicen que cuando empiezas a llamarlo problema, tienes conciencia de su existir, le das más importancia, y crece. Luego vienen la autocompasión y lamentaciones sin sentido. La búsqueda del yo más profundo, y cualquier hombro sobre el que llorar es un amigo. El problema es que no es solo una crisis literaria. Es mucho mayor, entreteje todos los aspectos que eran importantes en mi vida. Mis aspiraciones intelectuales y profesionales, mi socialización e incluso mi autoestima se ven agitadas por este dominó que parece más bien un sauce con muchas ramas, largas y abatidas por el paso del tiempo, agitándose al ritmo de un frenético viento que no tiene origen ni fin. Antes no creía en las crisis existenciales y ahora me veo hundida de

Fantasmas

Imagen
Te tengo en mi cabeza, pero,  ¿qué importa? Ya no eres real. Perteneces a algo que nunca pudo ser. Una ilusión, como tantas otras antes que tú. Es algo que solo pertenece al mundo de los sueños. Ese mundo en el que solo vagan oscuros fantasmas, caprichos de un niño, secretos de adolescencia e infames codicias de un adulto reprimido. Y ahora es demasiado tarde para verlos a todos satisfechos. Se deslizan, como sombras sin nombre entre afiladas realidades que me atormentan sin descanso. Día y noche. Me pesan, en mi pesimista rutina y en mis sueños infantiles, aún palpitan. ¿Qué puedo conseguir, pensando? ¿Adónde me lleva seguir existiendo, cuando tan cruda es la existencia?

Me basta

Imagen
Te miro pero ya no te veo. Eres una sombra borrosa, tus rasgos ya no se perfilan, delicados, bajo una luz serena y a ratos divertida. Ya no me transportas a tu mundo, tan cálido y pacífico que nunca ocurre nada. Ahora solo veo duda en tu mirada, indecisión cuando me hablas y torpeza en tus caricias. Dime, ¿de qué me sirves si ya no eres auténtico? ¿Qué me aportas si eres igual que el resto? Lárgate, y déjame tranquila. Con mi mundo tengo suficiente, y de momento, me basta.