Efecto placebo

Esta es una entrada de desconsuelo. No pretendo animar a nadie a hacer explotar su mundo, pero el mío ahora mismo está en ese momento crítico en que eres consciente de que estás a punto de tomar una decisión importante, o necesitas tomarla. De esas que pueden desestabilizarte o bien seguir como si nada hubiera pasado, colmando ese vasito de paciencia que tiene más volumen del que creías inicialmente. Así de graves están las cosas. He sentido ganas de morderme el puño y lo he hecho, he notado crecer dentro de mí una ira que no he sabido contener. He deseado salir bajo la lluvia en esta fría noche de enero con el único propósito de sentirme viva. He tenido el incontenible deseo de arañarme, correr y boxear y finalmente he golpeado la pared con tanta fuerza que mis nudillos se han resentido. Toda la violencia que siempre he criticado en los hombres que no saben canalizar su ira, la he protagonizado yo. Solo me queda tragarme mis palabras (y mi orgullo, que es más pesado) y continu...