Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2020

Una brújula rota

Imagen
Hay muy raras veces en la vida en las que te das cuenta de que debes tomar una decisión crucial, que cambiará totalmente el curso de los acontecimientos sin vuelta atrás. Normalmente esa decisión es tan trascendente que toca en lo profundo, a los principios morales o a la forma de ser de uno mismo, su cultura aprendida o bien su carácter firmemente forjado. Esa decisión puede suponer una u otra dirección, pero parece claro que es imposible continuar por el camino seguido hasta el momento.  El miedo a tomar la decisión acertada, el pavor a las consecuencias, la certeza de la imposible rectificación... Todo ello pesa tanto que se hace imposible seguir el consejo o el ejemplo de nadie más, porque se tiene conciencia de la entidad de la encrucijada y más aún, de las consecuencias que tendrá el tomar una decisión autónoma para el propio carácter. Y aquí me encuentro,  en época de tormenta sin saber cuál es mi rumbo, con una brújula rota, el peso de un mar enfurecido y una larga

Mi excusa

Imagen
Me dije a mí misma que debía olvidarlo. Me concentré en ello, me lo repetí una, otra y otra vez hasta el aburrimiento y poco a poco perdí conciencia de los detalles, que aparecían borrosos ante mí, difuminados alrededor de un hecho que era cierto y en el que centré todas mis energías. Esa era mi verdad y todo lo que se escapara de ahí, podía ser malinterpretado, pero yo no cargaría con esa responsabilidad. Bastante tenía con entender mi propio cerebro, como para ponerme a predecir el de los demás. Pero fingir que esos detalles superfluos no podían ser retorcidos a placer, o más aún, que no me pertenecía a mí aclararlos, fue un peso que pronto tuve que cargar sobre mi conciencia. Porque era cobarde huir de ellos y lo único que me estaba impidiendo hacerles frente era el miedo. Ese miedo a reconocer que no había actuado conforme a unos principios morales que cuestionaban todo mi ser. Era posible que hubiera cambiado. Y era evidente que esos principios ya no custodiaban mi sentid

El corazón inquieto

Imagen
La noche hueca. El aire opresivo. Mi respiración agitada. El corazón inquieto.  Recordaba tus palabras, tu mirada. En el fondo sabía tus intenciones. Y algo dentro de mí me frenaba, aún más, me alertaba. Sentía un fuerte lazo que me unía a ti, y en mis más oscuras pesadillas ese lazo apretaba, y dolía. Veía tus manos, siempre atentas y dispuestas, y tu abrazo protector y generoso. Tú, regalándome tus palabras y tu tiempo, y aún más, tu futuro.  Ahora en la distancia recordaba tu rostro sereno y tu solícita voz, dulce como un amanecer y grave como la oscura noche.  Pero mis ojos estaban despiertos y mi corazón, inquieto.