¿Qué más puedo pedir?


Una vida con comodidades cubiertas, un marido en casa, obediente. Unos hijos que me adoran, un trabajo satisfactorio y estable. El confort se mire por donde se mire. Estabilidad económica, sentimental, y física. ¿Qué más puedo pedir? Quiero sentir el riesgo, la adrenalina, el deseo de lo prohibido. La emocionante sensación de tener un secreto, para mí. Algo que haga más emocionante mi vida. Comprobar que sigo siendo una mujer deseable. Pues nada, un amante. Necesito un amante.

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