Es posible


Sé que a primera vista puedo parecer una mujer interesante. Puede que sea mi natural delgadez, mi figura esbelta, mi paso grácil y desgarbado, casi infantil y aparentemente despreocupado, combinado con mi semblante serio y observador, un humor mordaz y una mirada rápida e inteligente. Puede que toda un aura me envuelva, prometiendo al que me observa buenas dosis de misterio y romanticismo, a partes iguales.

Es posible también que mi falta de interés por las tecnologías pueda resultar chocante en una joven, pero me dota de una cualidad envidiable: la atemporalidad. Jóvenes y no tan jóvenes se ven irremediablemente atraídos por mi encanto porque a unos les despierto el interés por lo desconocido y a otros la nostalgia de sus recuerdos. En ambos casos, saben que mi tiempo es preciado y precioso porque no me importa su transcurso, y así crece la calidad de mi compañía, por supuesto.

Algunos dicen que mi voz es enigmática y otros que despierto un instinto protector en ellos, a sabiendas de que sé cuidar muy bien de mí misma. Dicen que no tengo trabajo porque valoro más mi ética, que no tengo responsabilidades ni una familia que me espere al llegar a casa. Nadie conoce mis amistades ni mis manías. Puede ser que huyera de un pasado difícil de olvidar o que tenga un futuro prometedor entre manos. Desde luego, creen que tengo un plan en mente. Todo eso dicen, y todo ello es posible.

Dicen muchas cosas, puede que demasiadas, me es indiferente, eso solo aumenta su interés por corroborarlas. ¿Te apetece descubrirlo?

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